Hace varias décadas, una imagen recorría las principales redacciones de los medios mundiales cuando en Bolivia, el entonces guerrillero cubano argentino Ernesto Che Guevara, caía preso de las Fuerzas Armadas Bolivianas y más tarde era ejecutado de un tiro. Su foto, ya muerto, se transformó en el botín de guerra de un capitalismo estadounidense que deseaba mostrar al mundo su victoria.
Muchos años después, cambió el fin, pero no el medio. En nombre de la paz mundial, Estados Unidos salió a la caza de Bin Laden acusado de derribar las Torres Gemelas de Nueva York y matar a 3 mil personas en el mayor atentado de la historia.
Sin embargo, una diferencia: el mundo cambió. Hoy, todos quieren comprobar el hecho con al menos una imagen de Osama sin vida. Incluso, que sea una foto real. De todas maneras, ayer y hoy, la caza vuelve a lograr grandes y suculentos botines.
Antes el Che, hoy Osama. ¿Mañana?