El fútbol hace tiempo que abandonó el status de deporte para transformarse en un negocio sin piso ni techo, el mismo que hoy prácticamente representa el poder de la economía de un país. Ligas como Arabia Saudita, Italia, España o Inglaterra, movilizan miles de millones de dólares en pases de futbolistas, derechos de transmisión y negociados de todo tipo.
Sin embargo, aunque parezca irreal, sigue siendo un deporte donde lo esencial sólo depende de 22 jugadores dentro de un campo de juego, y aún hoy, queda tiempo y espacio para equipos de fútbol que todavía puedan jugar "a la pelota".
Barcelona, de España, se ha consagrado campeón de la UEFA Champions League, pero es sólo un dato de entre tantos torneos. La noticia es que lo hace, desde hace bastante tiempo, jugando un fútbol que asombra, enamora y que, como premio extra, tiene al mejor jugador del mundo entre sus once titulares y nuevamente es argentino.
Por ello, entre burbujas financieras, millones, empresas y marketing, lo más sagrado del fútbol todavía tiene vida.