Aunando criterios, en general se coincide en que desde el Mundial de Italia 90 el nivel y la calidad del fútbol es cada vez peor, pero ante cada nueva edición, las esperanzas de recuperar un fútbol más vistoso están latentes. Para Sudáfrica 2010, el mundo apostó una vez más.Sin embargo, nada parece hacer cambiar la tendencia. Partidos aburridos, empates, victorias y derrotas por la mínima diferencia, pocas chances de gol, poco juego asociado, en definitiva, poco fútbol. Sólo algunas selecciones como la de Holanda, algo de Alemania y Argentina han intentado jugar un fútbol más audaz.
Por el momento, la deuda está pendiente. El fútbol de a poco se transforma en un ejercicio atlético. Sólo pequeñas esperanzas en Messi, Robinho o algún otro pueden devolver la alegría al fútbol.
