Uno de ellos, Patti, se reconvirtió en la democracia como Intendente de Escobar, en Buenos Aires, logrando captar una reconocida cantidad de votos de una (parte de la) sociedad que todavía lo hubiera defendido. El otro, Bignone, fue uno de los comandantes de las fuerzas armadas que por suerte para la igualdad en la Justicia, ambos deberán cumplir sus condenas a cadena perpetua en una cárcel común.
Una pena que la condena haya llegado tantos años después, pero un pequeño alivio para quienes pensamos que el castigo, tarde o temprano, llega.