Se estima que los escándalos por abusos y competencia de otras religiones obstaculizan el objetivo de la Iglesia Católica de alcanzar dos mil millones de creyentes para el 2050. Dentro de los claustros eclesiásticos aseguran que ello se produce por la masificación de otros cultos, aunque expertos en teología remarcan que desde mediados de la década del 80, cuando comenzaron a ser públicos los casos de abusos sexuales, el catolicismo comenzó a perder fieles.
La religión, por sí misma, debe cobrar nuevamente "popularidad". ¿El método para ello? Una verdadera incógnita.