Sin embargo, hoy la ciencia permite que a través de tratamientos como la fecundación, muchas parejas en el mundo pueden ser padres biológicos. Semejante descubrimiento se lo debe agradecer al británico Robert Edwards, el creador del nacimiento del primer "bebé de probeta" en 1978, quien acaba de recibir el Premio Nobel de Medicina.
Gracias a su descubrimiento, más de cuatro millones de personas hoy son felices.