Panorama internacional. Por Sebastián Muzi
La Unión Europea, la Liga Arabe, diversos países sudamericanos y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se han unido como nunca para exigir al estado de Israel explicaciones urgentes sobre el asalto a una flota humanitaria con destino a Gaza.
Las embarcaciones, que llevaban unas 10 toneladas de alimentos, fueron interceptadas por un grupo de elite que abrió fuego contra la tripulación -muchos de ellos representantes de ONG turcas y palestinas- dejando como saldo 10 muertos y más de 30 heridos.
Según la versión israelí, los barcos no quisieron cooperar para llevar el cargamento al puerto y respondieron atacando el abordaje de las tropas, ya que su misión no era abastecer con víveres sino con armas al grupo fundamentalista Hamás.
“los organizadores y participantes de la flotilla rechazaron los reiterados llamamientos del Gobierno y del Ejército, realizados por vía diplomática y cualquier otro medio a disposición, para detener las provocaciones”. Justificó en un comunicado la embajada en Argentina.
Inclusive, tanto el ministerio de defensa como los soldados que actuaron en el abordaje acuciaron una respuesta en defensa propia:¨Los soldados que abordaron los barcos fueron atacados con armas de guerra que fueron preparados y ocultados con tiempo de antelación. Como resultado de ello los soldados se vieron obligados a defender sus vidas¨.
Sin embargo, en ningún documento se habla de cargamento confiscado y los videos del accionar contradicen las explicaciones hebreas, ya que no se atacó a los soldados y se comprobó que actuaron en aguas internacionales, violando el derecho universal.
Condenas
Una decena de países han convocado a los embajadores israelíes para esclarecer lo sucedido y el clamor internacional por una sanción ha sido unánime: en numerosas capitales como Madrid, Paris, Londres y en la propia Jerusalén se han registrado manifestaciones de repudio al baño de sangre.
El premier turco Recep Tayyip Erdogan, que se encuentra en Chile, ha cancelado su visita al país trasandino y anunció el rompimiento de relaciones con Tel Aviv, acusándolo de ser un ¨estado terrorista¨. "Es una acción totalmente contraria a los principios del derecho internacional, es un terrorismo de Estado inhumano. Nadie puede pensar que nos quedaremos callados ante esto" clamó furioso, ya que una de las embarcaciones tenía bandera de su país.
Asimismo, el observador permanente de la Autoridad Nacional Palestina ante Naciones Unidas, Riyad Mansour, dijo que el operativo ¨fue un crimen de guerra¨ y que ¨hay que hacer responsable a Israel por lo que ha cometido¨.
Francia, Rusia y China, miembros del Consejo de Seguridad de la Onu, también solicitaron que el bloqueo a Gaza fuera levantado y exigieron una investigación independiente. Y el Secretario General del organismo, Ban Ki Mon, se mostró ¨impresionado¨ por la desproporción del ataque.
Grecia suspendió los ejercicios militares conjuntos con unidades sionistas y el ministro de Relaciones Exteriores italiano, Franco Frattini, dijo que se trató de un "asesinato de civiles".
Por su parte, varios gobiernos latinoamericanos expresaron su reprobación a la ofensiva, en particular el venezolano Hugo Chávez, quien la calificó como una ¨brutal masacre¨ y se preguntó dónde estará la Corte Penal Internacional a la hora de juzgar a los responsables.
De la misma manera, la Cancillería Argentina expresó su ¨enérgico llamado al cese inmediato de actos de violencia¨ y exhortó al gobierno israelí a que levante el bloqueo a la población de Gaza, ¨permitiendo la libre circulación de las personas y el ingreso de ayuda humanitaria a la región¨
En tanto, los Estados Unidos se han limitado a ¨lamentar¨ pero no condenar el asesinato, insinuando que las sanciones deberían ser ¨moderadas¨. En el mismo sentido se expresó el gobierno de Canadá, quien justamente se aprestaba a recibir al primer ministro judío.
Salir del mapa, por méritos propios
Si la frase de Mahmoud Ahmadineyad de eliminar a Israel de toda enciclopedia geográfica si hiciera realidad, el gobierno de Benjamín Netanyahu no hace más que contribuir al deseo del presidente iraní.
Pocas veces la comunidad internacional se ha unido en un mismo rechazo, y más considerando que las voces provienen de los cuatro puntos cardinales: la mayoría de los países concuerda en que de una buena vez se debe castigar a Israel por sus acciones desproporcionadas.
El bloqueo a Gaza, el sufrimiento del pueblo palestino, las incursiones militares y la construcción de viviendas en tierra ocupada hacen que el régimen persa tenga muchos más argumentos a la hora de continuar con su plan nuclear, y, en todo caso, destruir a Israel.
Con todo ello, el asalto a las embarcaciones de ayuda no sólo ha socavado la confianza en las negociaciones de paz, sino que también ha colmado la paciencia de casi toda la comunidad internacional: en ellas viajaban no sólo representantes de ONG, también parlamentarios de Alemania, Noruega, Suecia, Bulgaria e Irlanda.
Como si fuera poco, entre los detenidos figura una diputada arabe-israelí, un sobreviviente del holocausto, la premio Nobel de la Paz, la norirlandesa Mairead Corrigan Maguire, y el escritor sueco Henning Mankell, además de varios periodistas.
Por su parte, Netanyahu, quien canceló su visita a Ottawa debido al incidente, no vaciló en defender el accionar de sus fuerzas militares y aseguró que continuará controlando el paso de posibles terroristas por su territorio.
Hoy se sabrá si las Naciones Unidas sancionan al país con alguna medida que vaya un poco más lejos que una simple condena. Si es así, puede que Medio Oriente respire aliviado para continuar los procesos de paz. Sino, en el futuro habrá aires de guerra.
