Fútbol y Negocios: El saqueo de River Plate


El día más triste en los 110 años de historia de River Plate puede ser sólo el comienzo de una pesadilla: el club deberá ahora hacer frente a deudas millonarias, no podrá retener a algunas figuras y verá reducidos considerablemente sus ingresos económicos en la segunda división del fútbol argentino.

"Le pido perdón a la gente", balbuceó Juan Pablo Carrizo en medio del campo de juego, rodeado por la policía. Tres horas después del partido y superados los incidentes que ocasionaron 68 heridos y 50 detenidos, el arquero dejó el estadio escoltado por seis policías, con la cabeza gacha.

Junto al delantero Mariano Pavone, ex del Betis de España, Carrizo forma parte de las figuras que no seguirán en el club la próxima temporada, ya que finalizó su préstamo y la opción de compra es muy elevada.

El histórico golpe deportivo también sacude la tesorería de los "millonarios", que en la segunda división pasará a cobrar cuatro millones de pesos (casi un millón de dólares) por derechos televisivos, en lugar de los 28 millones que cobraba en la máxima categoría. Es decir, la séptima parte.

Pese a todo, el presidente de River, Daniel Passarella, ratificó su continuidad con tono desafiante: "De acá me sacan con los pies para adelante". Deberá demostrar capacidad de gestión para sortear una situación económica poco saludable, ya que club está hundido en deudas, el déficit anual se incrementa y los ingresos se reducen.



El "millonario" comenzará a jugar en la B Nacional con un pasivo oficialmente reconocido de 98.105.794 pesos y un déficit operativo anual en aumento desde que asumió Passarella, en diciembre de 2009.

En otros de los tantos frentes conflictivos, el ex capitán y campeón en Argentina 1978 con la "albiceleste" deberá resolver la situación de un plantel que reclama unos 30 millones de pesos. "Con un solo día de deuda, los jugadores pueden reclamar su libertad de acción", anticipó días atrás Sergio Marchi, secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA).

Las entradas económicas se reducen a la venta de algún juvenil, la recaudación de local y a los contratos publicitarios, que incluso podrían renegociarse en desventaja por la crisis deportiva.

El vínculo con Adidas es de 20 millones de dólares por seis años y vence en 2014; con Petrobras, de 2,5 millones de dólares al año hasta julio de 2012; y con Tramontina, de 600.000 dólares por temporada hasta enero próximo.

"El club fue saqueado. Vendió en 20 años jugadores como para dos selecciones nacionales. Y ahora, por primera vez en su historia, jugará la B Nacional y está al borde de la quiebra", sostiene el diario "Clarín".

El aspecto deportivo resulta tanto o más incierto. Los hinchas reclaman el regreso de algunas estrellas que emigraron en la última década, como Hernán Crespo, Javier Saviola, Fernando Cavenaghi y Andrés D'Alessandro.

Mientras tanto, habrá que ver qué sucede en los próximos días, ya que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) podría sancionar al club restándole puntos por los desmanes que provocaron sus hinchas, que obligaron a la suspensión del partido ante Belgrano, destrozaron parte del Monumental y también arrasaron con los alrededores del estadio, donde además se enfrentaron a la policía.

En la noche del domingo, el fiscal contravencional Gustavo Galante clausuró el Monumental en forma preventiva. En el estadio "hubo más espectadores que los permitidos", afirmó el magistrado, que precisó que había habilitación para 40.271 espectadores aunque por los molinetes habrían pasado más de 50.000.

En lo futbolístico, River ingresará en un terreno tan áspero como desconocido. La B Nacional, un torneo de 38 partidos en el que los dos primeros logran el ascenso, contará por primera vez en la historia con seis campeones de la Primera División: Quilmes, Huracán, Rosario Central, Ferro Carril Oeste, Chacarita Juniors y el propio River.

Además, enfrentará a rivales "extraños" para su historia como Brown de Puerto Madryn, Almirante Brown, Deportivo Merlo, Patronato de Paraná, Defensa y Justicia, Independiente Rivadavia de Mendoza, Boca Unidos de Corrientes y Aldosivi de Mar del Plata.

Para colmo, los hinchas sólo podrán alentar al "millonario" en los partidos de local, ya que en el ascenso argentino no se permite la presencia de público visitante desde la temporada 2007-2008.

La violencia de la "barrabrava" es otro de los focos de tensión. COn el descenso consumado, la barra intentó ingresar a la concentración para buscar a los jugadores de River. Luego hubo amenazas telefónicas anónimas para dirigentes -como Passarella y el ex presidente José Aguilar-, jugadores, y hasta el ex técnico Diego "Cholo" Simeone y sus hijos, que juegan en las divisiones inferiores del club.

"Ahora amenazan a Diego y a mis hijos... No lo puedo creer", dijo la esposa del entrenador, Carolina Baldini, en su cuenta de la red social Twitter. Simeone, flamante técnico de Racing, dirigió a River en el torneo Apertura 2008, dejando al equipo en el último puesto.

 
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