Ya nadie puede asegurar qué planes tenía Bin Laden para aterrorizar a Occidente o para conquistar medio mundo, pero lo cierto es que una vez liquidado el símbolo del terror, todo es válido ahora para manipular el mensaje impartido hacia y desde los medios.
"Hacia", porque es el enunciado por el presidente Barack Obama y sus ministros, y "Desde" porque lo replican los grandes medios de comunicación y así se hunde rápidamente en la mente de la opinión pública.
Ahora, se asegura que Osama planeaba otro atentado a los 10 años de cumplirse el 11 de septiembre de 2011, o que tenía diálisis y era inofensivo, o que con su muerte se acaba el pánico. Lo cierto es que el accionar de Estados Unidos nos deja muchos interrogantes, infinitas contradicciones del propio Gobierno estadounidense y una interesante lección a analizar: qué mensaje quieren impartir las corporaciones mediáticas al público.