Aunque roce el mal gusto, el núcleo más íntimo del kirchnerismo pasó un mal momento cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sufrió una lipotimia y debió ser trasladada a la residencia de Olivos. Desde la muerte de Néstor Kirchner en octubre pasado, el proyecto del oficialismo sólo depende de la figura presidencial y de su decisión de postularse a una nueva presidencia.
Se sabe: sin Néstor, el único kirchnerismo posible es con Cristina. Sin ella, absolutamente todo el escenario político argentino cambia de rumbo. ¿Hacia uno peor? ¿Hacia uno mejor? No se sabe, pero lo cierto es que la continuidad de un proceso que inició en 2003 sólo depende de Cristina. Y su salud es una cuestión de Estado.