El continente europeo no goza de buena salud. Por un lado, la primera gran crisis en Grecia no sana y la economía sufre a la par de los griegos. Países como Irlanda, Italia y España ya decretaron ajustes para reducir el alto déficit europeo, con gran descontento social. Y dentro de los miembros de la Eurozona, el último país fue Alemania, la economía más saludable del viejo continente y la principal potencia exportadora del mundo.Todas, al fin y al cabo, sufren la crisis financiera. Y al parecer, todos los países -tanto los más saludables como los menos- deben pagar el alto déficit ocasionado por el salvataje de bancos y empresas. ¿Cómo lo pagan? Con ajustes, claro.
