Si una de las grandes máximas de la Argentina puede ser la rivalidad entre Boca Juniors y River Plate, otra de las grandes discusiones que en realidad nunca se discuten es la creciente cantidad de abusos que se cometen en el sector eclesiástico. Sin embargo, son muy pocos los casos que se conocen, por lo cual la sospecha es aún mayor. No hay estadísticas oficiales porque no hay denuncias, pero ¿habrá más abusos en manos de hombres de Dios o en violadores sin identidad? Discutida la respuesta.
Lo cierto es que una vez más los escándalos de los abusos salen a la luz, en esta ocasión, con el Vaticano que salió a aclarar que el Papa Benedicto XVI no estaba al tanto de los abusos de un sacerdote estadounidense sobre más de 200 chicos sordos. Ante tanta esfera de poder, difícil será para los medios de comunicación y la gente poder conocer la verdad, precisamente porque tan delicada información es interrumpida en el camino. Pero lo tenebroso es pensar que el Papa sí estaba al tanto de lo que ocurría, como lo denunció la mayor publicación del mundo, el The New York Times.
Desde el Vaticano aclararon que el diario norteamericano sólo intenta "golpear al Papa". El diario publicó que "Joseph Ratzinger, cuando era cardenal y ejercía como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el actual secretario de Estado, Tarcisio Bertone, encubrieron al sacerdote estadounidense Lawrence C. Murphy, de haber abusado sexualmente de unos 200 menores entre 1950 y 1970 en una escuela para niños sordos del estado de Wisconsin".
La polémica ya está instalada, aunque lo avisamos desde ahora: dista mucho para conocer la verdad de lo ocurrido. El poder y los intereses del Vaticano y el Opus Dei pueden influir demasiado sobre tan delicada situación. Sólo una cosa puede pasar: que todo quede en el olvido...
