El paro de subte no es un simple episodio de protesta laboral. Lo que ocurre allí esconde una trama sencilla de explicar pero muy complicada de solucionar, sobretodo cuando los intereses son tan opuestos entre ambos sectores. ¿De qué se trata esto? De lo siguiente:
Los trabajadores del subte, o sea, de Metrovías, no quieren seguir siendo representados por la UTA, sindicato que los nuclea y que responde a la CGT. Ante esto, quieren crear un sindicato que estará avalado por la CTA, contraria a la CGT. Como la CGT, es decir, Hugo Moyano, es fiel ladera del Gobierno nacional, la presidenta Kirchner no concede la personería gremial a los trabajadores del subte. Esto ocurre desde hace un año. Ante la falta de respuesta, los trabajadores recurrieron a la medida de fuerza.
Lo curioso es que el Gobierno demora 1 año en dar una respuesta que nunca brindó y en menos de un mes, los Kirchner concedieron los sindicatos de los peajes de todo el país al hijo de Moyano, Pablo. Cosas raras de la Argentina.