Uno de los accidentes más trágicos vinculados a la aviación aerocomercial en la Argentina fue el de Lapa, ocurrido hace 11 años cuando un avión de la empresa se despistó, atravesó los límites del Aeroparque porteño y arrasó por la avenida Costanera todo lo que encontró a su paso. En el accidente murieron 67 personas.
De esa causa, la Justicia demostró su más grave impunidad. El presidente, el vice y otros cuatro empleados fueron absueltos de culpa y cargo. Dos ex oficiales, también sobreseídos. Sólo un gerente y un técnico fueron condenados, pero sin ir a la cárcel.
El eje del juicio recayó fundamentalmente sobre las responsabilidades del piloto y copiloto, ambos, muertos en el accidente. Un perito de los Estados Unidos que declaró como testigo culpó a las autoridades de Lapa por haber permitido que uno de los peores pilotos de la compañía comandara la nave.
No era para menos: el piloto tenía "vencida" su licencia. Enrique Piñeyro ex piloto Lapa, ya había advertido tres años antes y tres meses antes sobre el peligro de accidente.
¿La respuesta? Lo suspendieron y lo obligaron a renunciar.
¿Justicia? No. Argentina.