
Ahora, los trabajadores del Teatro se quejan porque el resto de las instalaciones siguen en obra. Fabio Grementieri, arquitecto que trabajó como asesor de la Secretaría de Cultura de la Ciudad desde 1996 hasta 2000, denunció la existencia de techos con agujeros por la errónea instalación de climatizadores que dañaron la estructura. "No hay camarines, las instalaciones no están terminadas y, por supuesto, no existe habilitación alguna", dice Carlos Flores, miem bro del Coro Estable, quien agrega que en el segundo subsuelo hay un solo baño para 120 personas.