En el final de la gestión presidencial de Luis Inacio Lula Da Silva, y luego de cumplir una presidencia muy destacada, Lula se da el lujo de aclarar las posiciones que hasta hoy son difusas, y sin vueltas.Benedicto XVI declaró la semana pasada al recibir a obispos brasileños que "los sacerdotes tienen el deber de emitir un juicio moral, incluso en política", contra el aborto.
Y en un marco de reiterados casos de abusos y pedofilia por parte de los representantes de la Iglesia, el Presidente de Brasil hizo lo que pocos hacen: responder con claridad y sinceridad. El Mandatario aseveró que "el Papa no dijo nada nuevo al exhortar a los obispos brasileños a tener una posición firme contra el aborto" y añadió que "no vi ninguna novedad en la declaración del Papa. Si vemos lo que la Iglesia Católica decía hace 2.000 años, decía exactamente lo que el Papa dijo", afirmó sobre el aborto.
Claro, directo, sin vueltas.