Por Sebastián Muzi - Analista internacional
Con la retirada de EEUU de Irak, la tregua de ETA en España y el asesinato de los máximos dirigentes de las FARC en Colombia, parecería que el mundo comienza a ver, por primera vez, un escenario de paz que años antes era imposible de imaginar.
Sin embargo, pocos creen que los fundamentalistas islámicos, los separatistas vascos o los guerrilleros cafeteros dejen de cometer atentados.
En el primer caso, el nº 2 de Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri, llamó a sus seguidores a no detener la ¨Guerra Santa¨ y habló incluso de recuperar los "reinos del islam".
"Una de las lecciones aprendidas durante estos años es la resolución de los muyahidines a enfrentarse a la Cruzada y obligarles a hacer sus maletas y prepararse para partir humillados", señaló en referencia a la retirada estadounidense.
Inclusive, el hombre más buscado después de Osama Bin Laden advierte que si los países occidentes siguen enviando soldados a matar musulmanes, ¨el pueblo seguirá mandando a sus hijos a formar parte de la yihad contra los cruzados¨.
Por su parte, los terroristas españoles han anunciado recientemente un cese al fuego permanente y verificable por observadores internacionales, pero no especificaron si accederán a la destrucción de sus arsenales. A ésto se agrega el descrédito del gobierno y la sociedad sobre esta organización, ya que han incumplido varias negociaciones, la última con el atentado al aeropuerto de Barajas en 2006.
Esa reserva del estado español hace incapié en la frase que dejó el comunicado etarra: ¨ETA seguirá teniendo el derecho a defenderse en hipotéticos enfrentamientos, mantendrá las habituales tareas de abastecimiento y continuará con las labores necesarias para mantener su estructura¨.
Y en la misma línea, la guerrilla más antigua de Colombia no sólo no quedó shockeada del golpe al ¨Mono¨ Jojoy, su cabecilla más sangriento, sino que advirtió al presidente Juan Manuel Santos que no se rendirán ni se desmovilizarán por la caída de su jefe.
La enseñanza del IRA
Si bien es cierto que ninguno de los casos es comparable en causas e ideología, para varios expertos las organizaciones terroristas suelen adaptarse a los cambios y las pérdidas en sus estructuras.
El 31 de agosto de 1994, después de 25 años de lucha, el IRA (Ejército Republicano Irlandés) declaró el alto el fuego incondicional y prometió suspender las operaciones militares en favor de las conversaciones de paz. Esta tregua se rompió el 9 de febrero de 1996, cuando sus combatientes colocaron una bomba en Londres.
En varias ocasiones los acuerdos de paz se trabaron por la resistencia a dejar las armas y la intransigencia del gobierno británico, pero al menos una parte de su organización logró escindirse y abandonar la lucha armada, como el caso del Sinn Fein, hoy devenido en partido político.
Oficialmente quedó desmantelado en 1998, pero así como gran parte de su personal ya estaba lejos de la violencia, las divisiones desencadenaron en un ¨IRA auténtico¨ que sigue operando en la actualidad.
Cóctel peligroso: terroristas y armas nucleares.
Si hay un caldo de cultivo para que esas dos variables se junten es, precisamente, la frontera entre Afghanistán y Pakistán, calificada por muchos como la zona más peligrosa del mundo.
La suma de todos los miedos ya no pasa por rifles o bombas caseras como suelen utilizar ETA, el IRA o hasta los FARC, sino el acceso que pueden tener a una cabeza nuclear.
Para Estados Unidos, el extremismo islámico es el peor de los grupos terroristas, y su presencia en Islamabad es fundamental: no se puede permitir que organizaciones como Al Qaeda lleguen a ese arsenal. Saben que no cualquier terrorista puede robarla, y que el esfuerzo debe centrarse también en las propias filas pakistaníes.
Durante muchos años, los Servicios de Inteligencia de Pakistán ayudaron a los talibanes en plena invasión soviética en Afghanistán, pese a ser un país enemigo y con quien disputa la zona fronteriza ¨pashtunistán¨. Inclusive, se los acusa de haber dado entrenamiento a estos islamistas radicales, pero hasta ahora ni el propio gobierno pakistaní puede controlar a sus fuerzas.
Por esa razón, el gobierno de Barack Obama intenta acercarse y contener la propagación de estas redes ilegales, ya que teme que su ayuda económica por las inundaciones en la zona termine subsidiando a grupos talibanes. Pese a ello, el presidente Asif Ali Zardari, ha asegurado en numerosas oportunidades que la asistencia a su país no terminará en manos terroristas.
Sin embargo, los EEUU han redoblado la presión sobre el viudo de la asesinada Benazir Bhutto, y la CIA ha emprendido en las últimas horas una gran escalada de ataques aéreos contra zonas tribales, en un intento de frustrar eventuales atentados en Europa. En ellos, ha caído muerto el jefe de Al Qaeda para la región, Sheij Fateh.
Expresiones desde Nueva York
En el marco de las sesiones que se realizan esta semana en las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad condenó ayer al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, pero dijo en un comunicado que este flagelo ¨sólo podrá ser derrotado si se atienden los factores sociales que lo generan¨.
En tanto, el Secretario General de la ONU, el surcoreano Ban Ki-mon, exhortó a la comunidad internacional a esforzarse por comprender las razones que llevan a una persona a practicar el terrorismo y “evitar que otra gente tome la misma senda”
Por su parte, la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, expresó que el contraterrorismo “no es una tarea que un país pueda abordar por sí mismo. Es un desafío mundial que llama a todas las naciones a ser vigilantes y creativas, así como receptivas a nuevas ideas y dispuestas a dejar de lado estrategias fallidas”.
En definitiva, el propio Obama reconoció tras sacar a sus soldados de Irak que la guerra en este país se acabó, pero la guerra al terrorismo continúa.