Análisis internacional. Por Sebastián Muzi
En Pakistán ya hay 1600 muertos y 14 millones de damnificados. Su vecino, la India, junta otros cientos de cadáveres. En China, los aludes de tierra han dejado sin vida a más de 300 personas y miles de desaparecidos.
Todos ellos, y también Guatemala, Alemania, Polonia, Rumania y Suiza están siendo afectados en los últimos días por intensas lluvias e inundaciones. Sin embargo, no pertenecen al mismo continente, ni menos aún tienen el mismo clima, pero en la mayoría de los casos la madre naturaleza ha descargado su furia.
Por el contrario, los rusos sufren la peor sequía de los últimos 50 años, y según el Director del Servicio Meteorológico de Moscú, las altas temperaturas ya son las más altas en la historia del país.
En la Plaza Roja ya no se puede ni respirar, la gente camina con barbijos como si fuera la gripe A. Ni siquiera pueden ver los imponentes palacios del Kremlin, cubiertos por la densa humareda de los incendios que afectan a todo el país.
Ni Dimitri Medvedev ni Vladimir Putin pueden controlar el fuego, aunque son responsables, como los funcionarios de las naciones que mencionamos al principio, de no avanzar en compromisos contra el recalentamiento global.
Hace unos días, en Bonn, Alemania, la conferencia mundial sobre el clima finalizó sin grandes resultados, debido a que los países desarrollados no se pusieron de acuerdo en cómo reducir los gases de efecto invernadero.
Pese a ello, los fenómenos extremos siguen en aumento, y tampoco parece despertar a los políticos que el mayor témpano de hielo, desprendido de Groenlandia, sea aún más grande que la Capital Federal y se dirija directo al Océano Atlántico, lo que podría entorpecer la navegación.
Algunos funcionarios, y otros tantos científicos que se oponen a la teoría del Global Warming a causa el hombre, consideran a estos hechos como ¨aislados¨ y que sólo pertenecen al proceso natural del sistema.
Pero si nos remitimos hace algunos años, en 2006, también un estudio de la Universidad de Bristol, en el Reindo Unido, llegó a la conclusión que un aumento de la temperatura provocaría más inundaciones, sequías y deforestación, y no casualmente puso al Polo Norte como uno de los escenarios más afectados.
Y para corroborar dichos estudios, el National Oceanic and Atmosfheric Administration, institución estadounidense que mide la situación climatológica de la Tierra, afirmó que el mes de Junio de 2010 fue más caluroso que la media en todo el siglo pasado.
La próxima Cumbre sobre Cambio Climático se realizará en Noviembre en México, y son pocos los optimistas que auguran acuerdos exitosos que permitan renovar el aire. Hasta ahora, la naturaleza gana, y corre más rápido que el hombre.