Que la base de Guantánamo es un centro de detención nadie lo duda. De que se cometen abusos y violaciones a los Derechos Humanos tampoco. Pero quizá era necesario que Wikileaks, el sitio de documentación reservado de Julian Assange, lo diera a conocer a través de documentos privados para tomar conciencia de la existencia de una base estadounidense que, dentro de esos límites, hizo, hace y hará lo que quiera.
Ahora, cerca de 700 fichas de presos demuestran que hubo violaciones a los Derechos Humanos, amenazas de muerte, decapitaciones y hasta de beber la sangre del detenido. En un momento, el premio Nobel de la Paz y presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió cerrar Guantánamo, pero no lo hizo y hasta hoy sigue vigente un campo de concentración de la era moderna.