Durante las últimas semanas hemos sido testigos de una ola de ocupaciones y desalojos violentos en distintos puntos de Buenos Aires. Sin embargo, todo comenzó en el sur de la Ciudad, en los barrios de Villa Soldati y Villa Lugano.
Pese a que la información en los medios de comunicación se centró principalmente en el aspecto xenófobo y discriminatorio sobre quienes ocuparon terrenos públicos y privados, el verdadero conflicto quedó supeditado al rating televisivo.
Desde hace varios años que la crisis habitacional en la Ciudad de Buenos Aires es grave. El organismo encargado de recibir demandas, procesar solicitudes y entregar viviendas es el IVC, el Instituto de la Vivienda de la Ciudad.
Afortunadamente, los asesores de prensa del PRO han lo grado lo que pocos podrían haber hecho: mantener oculto el verdadero núcleo de la crisis social. Pero todo tiene un comienzo…
En la campaña para las elecciones porteñas del año 2007, durante varios fines de semana se presentaban en los barrios más necesitados funcionarios macristas. Básicamente ofrecían reuniones, charlas, promesas de un futuro habitacional digno tal como hasta el momento no había ocurrido en las gestiones de De la Rúa, Ibarra y Telerman.
Ganó Mauricio Macri las elecciones a través de una rica y prometedora plataforma electoral. Tres años después, miles de personas ocupan terrenos de Lugano y Soldati.
¿Qué ocurrió en estos tres años?
Pues bien, en primer lugar el Gobierno porteño decidió como política de comunicación importar a un jefe de campaña ecuatoriano como Jaime Durand Barba. También incorporó analistas de marketing. Entre todos decidieron adoptar una política de comunicación activa, constante pero careciente de hechos concretos.
IVC
El Instituto de la Vivienda de la Ciudad es un organismo que depende del Gobierno porteño y que tiene por objetivo facilitar viviendas propias a quienes no las tienen. Pasó por innumerables gestiones, todas ellas, acusadas de corrupción.
Lo asombroso es que la propia Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires realizó un relevamiento lapidario. En dicho informe, denunciaba:
- Un 100 por ciento de ineficiencia e ineficacia en la planificación y ejecución de las casas cedidas por el IVC
- Sobreprecio en los costos de las viviendas que se construyen
- Incumplimiento en los plazos de ejecución
- Poco avance en la construcción de viviendas definitivas
- Denuncian una grave subejecución presupuestaria: sólo 2 por ciento de ejecución presupuestaria (hasta el año 2009). Se estima apenas un 18 hasta diciembre 2010.
- Operatorias de transferencia de dinero hacia otros organismos sin brindar la información correspondiente
- Desvío de fondos
El IVC fue creado por la Ley 1.251, por iniciativa del Gobierno de la Ciudad, el 4 de diciembre de 2003 para reemplazar a la ex Comisión Municipal de la Vivienda, también organismo autárquico desde 1967.
Esta transformación le otorga autarquía administrativa y financiera a la institución y le concede mayor agilidad en las decisiones pudiendo responder en forma más dinámica a las demandas de los habitantes de la ciudad.
Vale recordar que la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires es un organismo estatal que no es conducido por funcionarios opositores.
Desde hace años quien se presenta en el IVC para pedir un plan de vivienda (créditos a 30 años con cuotas mensuales de 900 pesos) se encuentra con la misma respuesta: “no hay nada”. El hecho de no generar viviendas en el sur fue y es una decisión política del PRO, con consecuencias visibles al día de hoy.
De hecho, es tan grave la crisis habitacional que muchos utilizan el camino del pensamiento lateral: si no se puede por el camino convencional, entonces será uno alternativo: por 5 mil pesos en efectivo y en el acto, se recibe en mano la llave y la estructura de una vivienda del IVC. Podría ser un rumor, pero no lo es.
La crisis habitacional se transformó en un cruce más entre Nación y Ciudad, pero sólo quien vive en Lugano y Soldati, quien se presentó en el IVC hasta decenas de ocasiones y quien fue testigo de un ofrecimiento jugoso pero peligroso, sabe bien que las cosas no andan bien.
No hay viviendas en la ciudad, pero sí hay una crisis social que estalló y, lamentablemente, va a volver a estallar.
