Si existe una problemática que afecta a todos los seres humanos, esa esa la infertilidad, una grave afección que limita la posibilidad de las mujeres el poder quedar embarazadas. Pese a que la Organización Mundial de la Salud califica a la infertilidad como una enfermedad, en gran parte de los países no lo catalogan así, por lo cual acceder a un tratamiento de alta complejidad insume una gran inversión.
Sin embargo, hoy la ciencia permite que a través de tratamientos como la fecundación, muchas parejas en el mundo pueden ser padres biológicos. Semejante descubrimiento se lo debe agradecer al británico Robert Edwards, el creador del nacimiento del primer "bebé de probeta" en 1978, quien acaba de recibir el Premio Nobel de Medicina.
Gracias a su descubrimiento, más de cuatro millones de personas hoy son felices.