La escalada inflacionaria en la Argentina parece que se extenderá por mucho tiempo más. Cuando la crisis se instaló en el país, las condiciones internas empujaban -tarde o temprano- a consecuencias directas en diversos sectores que implicarían un ajuste en las principales tarifas de servicios públicos, en la educación, en la salud y en los alimentos.
Pero la carne es el punto principal, pues es el alimento predilecto de los argentinos. Hoy, comprar asado para cuatro personas puede demandar hasta 150 pesos, según la carnicería y la calidad. Al parecer, el poco stock ganadero prevé que la actual situación se extienda durante los próximos tres años.
Lo cierto es que hoy, y como siempre, los consumidores son las principales víctimas entre el Gobierno y las industrias. Las estadísticas no oficiales indican que hoy se registraron las siguientes subas:
Agua Mineral 11%
Pan Lactal 8%
Y en la semana, las siguientes:
Harina de Trigo 3%
Cacao 11%
Medialunas 11%
Leche 11,2%
El último fin de semana, en un camping de la localidad entrerriana de Villa Paranacito, cientos de pescadores se reunían en un muelle para pescar sobre el Río Paraná. La mayoría era de clase media, o baja, pero en cada carpa y en cada mesa no faltaba el asado argentino.
Sea como sea, se come carne, y el Gobierno y el campo no deben sacar provecho de ello.